Una novela epistolar de Natalia Ginzburg, publicada originalmente en 1984, que trata de la incomunicación en todos los frentes, tanto familiares como sociales.
«Un libro maravilloso, sutil e inteligente.»
Los Angeles Times
La ciudad y la casa es una novela peculiar, que se desgrana a través de las voces de amigos, amantes, hijos y padres, pero nadie se atreve a mostrar sus emociones a flor de piel. La vida entera de estos hombres y mujeres queda filtrada por la escritura, por unas cartas que dicen tanto como esconden.
Los viejos apartamentos de Roma, los pequeños estudios de Princeton o unas fincas de campo que ya nadie quiere cuidar son testigos vivos de un ir y venir de baúles, papeles viejos, libros queridos y palabras a medio decir que conforman una historia espléndida en su desolación y en la búsqueda terca de una verdad que no caduque.
Podríamos hablar de una novela epistolar, pero La ciudad y la casa es mucho más que eso: la gran Natalia Ginzburg nos habla aquí del fin de una familia, de la crisis de los valores tradicionales, del vacío que se instala en el ánimo y en las casas que habitamos cuando ya no hay razón para conservar lo que antes parecía importante.
Con su estilo sobrio y poético a la vez, la autora italiana consigue cabalgar el tiempo: aunque hayan pasado más de treinta años, esas ciudades y esas casas nos traen algo que se queda con cada uno de sus lectores.
«Tú una casa la puedes vender o dejar a quien te dé la gana, pero siempre la llevas contigo.»
Natalia Ginzburg
Sobre la novela:
«Breve y hábil. [...] Una escritora de maestría subestimada que merece un seguimiento internacional.»
Kirkus Reviews
«El lector echará de menos a estos personajes estrafalarios, confundidos, muy humanos, exasperantes y entrañables. Un libro muy recomendable.»
Library Journal
Sobre la autora:
«La autora de Léxico familiar fue fantástica en todo. Todo lo conocía y lo comprendía bien, todo sabía plasmarlo con plasticidad y buen ojo psicológico. Tenía fuerza, naturalidad, sutileza, inteligencia, convicción, ternura, indignación y gracia.»
Manuel Hidalgo, El Cultural
«Leer a Natalia Ginzburg te cambia la vida.»
Elena Medel
«Encontré a una escritora inmensa y que me sujetó con esa lenta mirada de la pérdida con la que se posaba sobre las cosas para redescubrirlas. [...] Cuando leí a la Ginzburg entendí por qué leemos y escribimos: para descubrir que no nos hemos vuelto costra, que no somos una mancha vieja, que siempre podremos, cómo no, lavar la ropa llorando... o leyendo.»
Karina Sainz Borgo
«Natalia Ginzburg posee sin duda ese don, una verdadera llave maestra que abre el camino hacia un conocimiento riguroso y despiadado de la experiencia del amor y el desamor. No parece equivocarse cuando describe a la mujer como una estirpe infeliz, pero después de leer sus relatos la suerte del hombre no parece menos incierta y desdichada.»
Rafael Narbona, El Cultural
«Es extremadamente clínica y precisa. Su modo de escribir puede hasta asustar. Veo su obra como poderosa, fuerte y a la vez muy profunda, muy terrenal, casi del submundo. Sencillamente, una autora fantástica.»
Lisa Taddeo, Vogue
«La voz de la novelista y ensayista italiana Natalia Ginzburg nos llega con absoluta claridad en medio de los velos del tiempo y el lenguaje. Textos de hace más de medio siglo que se leen como si los acabara de escribir -o, de algún modo misterioso, siguieran siendo escritos. No se necesita contexto alguno: de hecho, cuando la lees te das cuenta de hasta qué punto se tiende a atosigar la literatura con sus propios recursos sociales y materiales. Sin embargo, su trabajo no es abstracto ni expresame
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